En Aracnofobia tenemos una portera de fútbol sala, uno que juega de medio melé en rugby y otra de primera base en béisbol. Hay una que igual juega de lateral izquierdo en fútbol como de base en baloncesto. Y también está el ex runner con la cadera deshecha que ahora da brazadas en la piscina, o el ex futbolista resacoso que se ha convertido en una promesa del afterwork pádel. Incluso tenemos uno que lanza hachas. En serio.
Pero ese aspecto deportivo no es el que mejor se nos da.
Se nos da mejor trabajar para marcas que patrocinan a equipos deportivos y a deportistas, lograr que una acción de patrocinio deportivo tenga todo el sentido y no se reduzca a poner un logo en una camiseta o al lado de un escudo.
En Aracnofobia buscamos llevar el patrocinio al siguiente nivel, entender al activo como una marca y, por tanto, como una colaboración conjunta entre dos marcas. Con una estrategia común que lleve, siempre, a tener algo interesante que decir, y buscar la rentabilidad del patrocinio a través de la notoriedad de una idea.
Aquí va una pequeña presentación, cortita y al pie.
La elección de Sandra para esta acción en el Día Mundial contra el Cáncer tiene mucho que ver con su historia personal, ya que tuvo que abandonar su carrera deportiva cuando diagnosticaron a su madre de esta enfermedad y eligió estar con ella.
Felizmente su madre superó la enfermedad y Sandra, con mucho esfuerzo, volvió a la élite del karate.
La pieza principal de comunicación muestra a Sandra realizando un kata, que básicamente es luchar contra un enemigo invisible, al igual que el cáncer, que ataca sin que lo puedas ver.
A la mejor karateka de la historia en su especialidad solo le faltaba la medalla olímpica. Y con motivo de los JJOO de Tokio creamos unos contenidos especiales siguiendo la estrategia de posicionamiento de la marca: Hablar nos acerca.
En los contenidos se podía ver a una Sandra que nos hacía de guía particular por la ciudad nipona y sus tradiciones, nos mostraba la conexión con su entrenador y, por supuesto, su pasión por este deporte.
La acción de comunicación culminaba con el lanzamiento de una pieza en la que Sandra se enfrentaba a personajes de anime que representaban los obstáculos que había superado hasta llegar a la cita olímpica.
Pelayo consiguió una alta visibilidad en los JJOO a pesar de no ser patrocinador, y más cuando Sandra Sánchez logró el oro olímpico en el Nippon Buddokan.
Aunque la Euro 2022 no fue para las españolas, que sí lograrían la gloria más tarde con el mundial, la campaña que realizamos para el torneo europeo representaba ese momentum de la Selección, que se había clasificado con pleno de victorias y era una clara favorita para ganar el título.
“Ahora, Ellas” se convertía en una reivindicación del juego y el talento de este equipo, y se plasmó en una acción de comunicación que recreaba la famosa intro de “Oliver y Benji” pero con Alexia Putellas, Sandra Paños y las demás jugadoras como nuevas protagonistas.
Igualmente, una campaña gráfica convertía a las integrantes del equipo en iconos londinenses llenos de magia y talento (Londres era el lugar de concentración de la Selección).
Como resultado de esta acción de comunicación, Pelayo se situó junto a marcas globales como Adidas, Nike, Heineken o Visa, con campañas pioneras de apoyo al fútbol femenino.
La pandemia obligó al mundo a confinarse y se cancelaron los eventos deportivos como la Euro de selecciones. No habría torneo, pero sí disponíamos de los jugadores.
Este fue el punto de partida para organizar unos cumpleaños para hijos de empleados de Pelayo que lo celebraban en esas fechas, y que recibieron la felicitación de sus jugadores favoritos de la Selección quienes, previamente informados por los padres ya conocían detalles tipo su comida preferida, para que la experiencia fuera aún más especial.
Una acción interna que tuvo una gran trascendencia en un momento muy necesitado de noticias positivas.
Un ejemplo de unir activos de patrocinio con un objetivo común.
En este caso las dos selecciones absolutas apoyando al Reto Pelayo Vida. Es una iniciativa que busca visibilizar la lucha contra el cáncer con una aventura en la que cada año participan cinco mujeres supervivientes de un cáncer que se enfrentan a un reto extremo, como cruzar el ártico o subir al Kilimanjaro.
La acción comenzó con la creación de un pañuelo conmemorativo, pero no un pañuelo como los demás, sino uno confeccionado por la diseñadora de moda Alicia Rueda, superviviente también de un cáncer, y creado a partir de las camisetas donadas por jugadores y jugadoras de la Selección.
La sede de la RFEF fue el escenario del evento de presentación del pañuelo de la Selección, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer.